Una nutrición apropiada es
la base de la salud y del rendimiento físico, proporcionando el combustible
para el trabajo físico y las sustancias químicas necesarias para extraer y
utilizar la energía potencial contenida en dicho combustible. La alimentación
también proporciona elementos esenciales para la síntesis de nuevos tejidos y
la reparación celular. La clasificación general de nutrientes esta dividida en:
1. Macronutrientes: carbohidratos, lípidos (grasas) y
proteínas, los cuales aportan la energía (calorías) necesaria y garantizan la
síntesis y reparación de los tejidos, así como los nutrientes necesarios.
Aporte calórico de 1 g de cada macronutriente: lípidos, 9 kcal; proteínas, 4
kcal; carbohidratos, 4 kcal.
2. Micronutrientes:
compuestos por vitaminas y minerales. No aportan energía, pero son muy
importantes para todos los procesos inmuno-endocrino-metabólicos, incluida la
transferencia de energía. Se encuentran en vegetales, frutas, productos
lácteos, carnes, pescados etc. Aproximadamente el 4% del peso corporal está
compuesto por minerales (el calcio constituye el 1,5-2% del peso corporal, la
mayor parte (99%) se encuentra en los huesos y los dientes). El exceso o la
falta de micronutrientes está relacionado con la diferentes patologías.
3. Agua: representa prácticamente el 60% del peso. No
contiene energía, pero es necesaria para la termorregulación y para mantener el
volumen sanguíneo y el aporte de oxígeno a los tejidos. Dos terceras partes corresponden
al agua intracelular y un tercio al agua extracelular, que a su vez se
subdivide entre el líquido intersticial y el plasma. El plasma sanguí- neo está
formado por agua en un 90%. Las funciones más importantes del agua están en: la
refrigeración del cuerpo, el transporte de nutrientes, la eliminación de
desechos metabólicos, la lubricación de las articulaciones, la digestión y la
absorción de nutrientes. El organismo humano puede pasar un tiempo sin comer,
pero no sin ingerir agua.
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