Es primordial incluir HC en las bebidas, ya que permiten una
absorción más rápida del agua y del sodio, unido a que retrasan la utilización
del glucógeno muscular, por lo que colaboran a que el deportista puede llevar
un ritmo competitivo o de entrenamiento adecuado y a posponer la aparición de
fatiga en competiciones extenuantes. Es importante el tipo de azúcar que
utilizamos en la bebida isotónica. La glucosa, la sacarosa, las maltodextrinas
y el almidón no parecen tener diferencias en cuanto al rendimiento y a la
absorción, pero la utilización de fructosa puede provocar alteraciones
intestinales y entorpecer la absorción de agua, ya que su absorción se realiza
por trasporte pasivo y en la parte final del intestino delgado. Las
maltodextrinas tienen un sabor menos dulce que la sacarosa y la fructosa, lo
cual también se debe tener en cuenta a la hora de elegir la composición para la
bebida. Una cantidad demasiado alta de HC puede producir cambios digestivos y
extraer momentáneamente agua de músculos y piel. En cambio, una concentración baja
de HC puede ser insuficiente. Por todo esto, se recomienda la ingesta de
líquidos con un contenido mínimo de un 2% de HC, aunque para un óptimo
rendimiento se aconseja que posean más de un 4% y menos de un 10%. La glucosa
estimula la absorción de agua y sodio; a su vez, el sodio es necesario para el
transporte de glucosa y optimizar la absorción de fluidos. La glucosa y el
sodio juntos potencian su mutua absorción y facilitan el transporte de agua al
interior de las células intestinales, al crear un mayor gradiente osmótico.
Debemos tener en cuenta que si el ejercicio se prolonga más de una hora a
intensidad moderada-alta siempre es necesario incluir HC en la bebida.
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